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Bonita historia...

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Mensaje por Selene Vie 30 Nov 2012, 7:47 am

¡Hola!
Hace unos dias leí una hermosa historia, en la que un trabajador del servicio
postal hizo y fue más allá por una carta que llegó a la oficina postal donde
trabaja, ...:

Esta es la historia:
Nuestra perra de 14 años, Abbey, murió el mes pasado. Al día siguiente de que
ella murió, mi hija Meredith de 4 años estaba llorando y hablando de cuanto ella
extrañaba a Abbey. Ella preguntó si podriamos escribir una carta a Dios, para que
cuando Abbey llegara al cielo Dios pudiera reconocerla. Le dije que creía podriamos
y ella dictó éstas palabras:
"Querido Dios,
Porfavor pudieras cuidar de mi perra? ella murió ayer y esta contigo en el cielo. La
extraño mucho. Estoy feliz de que me la dejaste tener como mi perra aunque ella se
enfermó.
Espero juegues con ella. A ella le gusta jugar con las pelotas y nadar. Te envío una
foto de ella para que cuando la veas epas que ella es mi perra. Realmente la extraño.
Con Amor, Meredith."

Pusimos la carta en un sobre con la foto de Abbey y Meredith y la dirigimos a Dios/
Cielo. Pusimos la dirección de devolución en ella, entonces Meredith pegó muchos
sellos en el frente del sobre porque ella dijo que tomaría muchos sellos para que la
carta fuera todo el camino al cielo.
Aquella tarde ella echó la carta en el buzón de la oficina postal. Pocos dias después
ella preguntó si Dios había recibido la carta. Le dije que creía que si.
Ayer, había un paquete forrado en papel dorado en la entrada dirigido "A Meredith"
con una letra no familiar. Meredith la abrió. Dentro había un libro por el Sr. Rogers lla-
mado "Cuando una mascota muere". Con cinta en el interior de la portada estaba la
carta que habiamos escrito a Dios en su sobre abierto. En la página opuesta estaba
la foto de Abbey y Meredith y esta nota:
"Querida Meredith,
Abbey llegó segura al cielo. Tener tu fotografía fue una gran ayuda. La reconocí rapida-
mente. Abbey ya no esta enferma. Su espíritu está aqui conmigo como está en tu corazón.
Abbey amó ser tu perra. Y ya que no tenemos nuestros cuerpos en el cielo, no tengo bol-
sillos para mantener tu foto, te la mando de regreso en este pequeño libro para que lo
mantengas y tengas algo para recordar a Abbey.
Gracias por la hermosa carta y agradece a tu mamá por ayudarte a escribirla y enviar-
mela a mi. Qué maravillosa mamá tienes. La escogí especialmente para ti.
Envío mis bendiciones cada día y recuerda que te amo mucho. Por cierto, soy fácil
de encontrar, estoy donde quiera que hay amor.
Con amor,
Dios"

Saludos

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Selene
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Mensaje por Aymara Vie 30 Nov 2012, 8:49 am

Muy bonita Selene. Te dejo ésta:



Los Reyes Magos son verdad

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como
todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio,
cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:

- ¿Papá?

- Sí, hija, cuéntame.

- Oye, quiero... que me digas la verdad.

- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido.

- Es que... -titubeó Blanca.

- Dime, hija, dime.

- Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el
origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como
el suyo que le miraba igualmente.

- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?

La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y
tragando saliva le dijo:

- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no sé papá, que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen
porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis
engañado!

- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen
-respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.

- Entonces no lo entiendo papá.

- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya
ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras
señalaba con la mano el asiento a su lado.

Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le
sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser
la verdadera historia de los Reyes Magos:

'Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una
gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en
prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz
que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos
los niños del mundo y ver lo felices que serían.

- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer.
No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay
en el mundo.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros
con cara de alegría, comentó:

- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos
magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo
entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su
deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy
atento, sonrió y su voz se escuchó en el Portal:

- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy
a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para
poder llevar regalos a todos los niños?

- ¡Oh! necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño
que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no
podemos tener tantos pajes., no existen tantos.

- No os preocupéis por eso -dijo el Niño-. Yo os voy a dar, no uno sino dos
pajes para cada niño que hay en el mundo.

- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes
Magos con cara de sorpresa y admiración.

- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer
mucho a los niños?.

- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.

- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más
entusiasmados los tres.

- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los
conozca mejor que sus propios padres?


Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño
Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:

- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes
Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO ordeno
que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en
vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus
hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean
pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes
Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto,
los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las
Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y
recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se
levantó y dando un beso a sus padres dijo:

- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me
queréis y que no me habéis engañado.

Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano
mientras decía:

- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que
viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos
contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

Feliz Navidad desde todas las partes del mundo.
Aymara
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